sábado, 26 de marzo de 2011

BOLIVAR: Elecciones 2011. 5ª entrega. Por Oscar Bissio

Los edificios y la política han tejido historia en Bolívar. La más antigua data de la época del intendente Miguel Capredoni y el debate sobre qué terreno construyó su casa justo donde hoy funciona una moderna heladería.

La que le sigue es más o menos reciente. La que produjo un conflicto entre el ex intendente Juan Carlos Reina y un pseudo empresario con inclinaciones cuasi delictuales.

La actual, el que se construye en la avenida Alsina y que comercializa la inmobiliaria de Matías Simón, el hijo de Juan Carlos, ex intendente de Bolívar.

Su construcción ha hecho surgir numerosas versiones acerca de sus propietarios verdaderos y sus beneficiarios finales y también es cierto que esos rumores emergen en el comienzo de una campaña electoral.

No puede soslayarse que este tema está directamente vinculado a la presentación de Unión PRO ante el Concejo Deliberante para que se investigue la gestión municipal del actual legislador provincial. Si hoy no tiene relación; la tendrá.

En este marco, se planteaba en esta columna la necesidad de una declaración por parte del ex mandatario que no se concretó. Su hijo fue quien publicó una nota de protesta en el diario local sin aclarar si lo hacía a título de familiar; abogado patrocinante; ex secretario de Gobierno o bien en carácter de otra cosa.

Como sea, es entendible su "malestar" y el de su "familia", estado que atribuye a "la serie de calumnias e injurias formuladas en algunos casos claramente y en otras cobardemente disimuladas".

En esa carta pide que las acusaciones se formulen en la Justicia, pero lo que no advierte es que no han existido acusaciones de ninguna naturaleza. Cualquier poco distraído diría que se asumieron como blanco de las sospechas.

Pero no es hora de especulaciones. Si todo está tan claro, no debería de existir ningún problema en ponerse a disposición ya no sólo de quienes solicitan una investigación o del órgano que le dará o no desarrollo, si no de la población toda. Y de la Justicia, claro.

Ya no sirve el estilo "no sabe, no contesta". Aquí se juega el prestigio de muchos años de un político que aún desde otra órbita hace y deshace a su antojo en el radicalimo de Bolívar. No tan sólo eso; sus próximos pasos -ahora observados por los medios provinciales- serán fundamentales para la suerte que corra no sólo su propio futuro político si no el de su predecesor, José Gabriel Erreca.

Y aquí lo más importante; la clave. Simón y Erreca han sido los hombres más emblemáticos de la historia política de los últimos años y han gozado del respaldo de la ciudadanía durante largo tiempo. Aún lo hacen, por eso la importancia de sus comportamientos o reacciones de ahora en más en medio de este clima enrarecido. Escenario desnaturalizado y sin retorno. Como una final de la Champions que se juega en la nieve de Moscú y no en el Giuseppe Meazza a templada temperatura.

No sirve entonces el "no sabe no contesta", ahora también adoptado por el mismo actual intendente. Alejados en el cariño que supieron tenerse en el esplendor del simonismo, no les sería inconveniente una aparición pública conjunta que corte de raíz la "maraña de sospechas", como reza la carta. Eso sí; una cosa es querer y otra es poder.

A esta altura, uno descree de la inocencia de Unión PRO. Sería un suicidio político -se forme o no la solicitada comisión- no acudir a la vez a la Justicia. Entonces, todos contentos. Las cosas claras.

Pero como esta columna se titula "Elecciones..." volvemos a vincular este tema controversial porque forma parte de la campaña sin ninguna duda. E insistimos en la suerte que pueda correr el actual intendente y candidato en los comicios de octubre si la cuestión crece y pasa a mayores.

Tiene -como dijimos- su perfil social a favor. Además, el cauce de versiones sobre algunos acuerdos mediáticos es lo suficientemente profundo. Lo que ya es un hecho inevitable es que no podrá quedar al margen del tema. Eso a nivel general.

Pero hay una cuestión aún más difícil de resolver o de digerir. La cuestión más íntima. La que le pega al medio del corazón del radical apasionado. Parece un tema prohibido y es el más esencial. Porque estos dos hombres no emergieron desde el llano a la vida política materializándose por sí solos. Un partido lleno de historia, centenario, prestigioso, los acunó, los crió y los institucionalizó. Y ese partido no es viento que no se toca. La Unión Cívica Radical de Bolívar es ni más ni menos que sus afiliados y sus seguidores no afiliados; es decir un gran número de convecinos que aún no salen de su asombro ante la coyuntura.

Esos numerosos convecinos afiliados y no afiliados que creen en un destino radical no se merecen tal silencio ni manejos subrepticiamente calculados. Se merecen la verdad y tienen derecho a exigirla.

La Unión Cívica Radical está más allá de los hombres que la representan. Está junto a las bases que supieron construirla y que sufrieron sus peores momentos. Como en la vida es el amor.

Ya se vislumbran fuertes señales desde la instancia nacional y se escuchan voces de reprobación para tales conductas. En ocasión de inaugurarse el monumento que recuerda a Raúl Alfonsín en la Plaza Alsina y en presencia de su hijo Ricardo candidato a la Presidencia hubo idas y venidas, chicanas discursivas ignorando viejos correligionarios y ex compadres de camino. Miradas de reojo para ver quien se llevaba el guiño cómplice del ilustre visitante. Ni uno ni otro. Cuando uno es cóndor y vuela alto puede proteger a un gorrión, sólo si ese gorrión no es en realidad un escorpión y el cóndor no es una rana.

Se verá cuan real es esta situación más adelante cuando la campaña electoral deje las sombras en donde hoy ha comenzado a desperezarse para instalarse en los medios.

Habrá foto de Alfonsín y los candidatos locales?. Disminuye aceleradamente la probabilidad.

Les pido disculpas por la demora, estaba haciendo el noticiero de la televisión. La próxima, la prometo para el 2 de marzo, aniversario de nuestro querido pueblo desde algún lugar del paradisíaco sur argentino. No me olvidaré de las escrituras y las escribanías.

Un beso para todos.

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