sábado, 26 de marzo de 2011

BOLIVAR: Elecciones 2011. 2º entrega. Por Oscar Bissio

A qué se dedicaría uno si ejerciese la política en Bolívar?. Si uno fuese opositor al Gobierno de José Gabriel Erreca tendría una aspiración principal: ganarle las próximas elecciones. Y es posible?. Hasta hoy sólo dos precandidatos con intenciones de hacerlo: Marcelo Salamanco y Eduardo Bucca. Y alcanza con ellos?. Categóricamente no. No es difícil determinar el paisaje electoral actual. Basta con tan sólo observar los anteriores; los dibujados en las elecciones pasadas.

El efecto Simón ha dejado su huella y es residual. El radicalismo en su esencia está simonizado y estructurado de acuerdo a la figura que el ex intendente supo construir a fuerza de años.

Sus seguidores no lo olvidan y sus detractores, tampoco. Aunque no lo veamos, su sombra permanece incólume, sin fisuras, en el muro político local.

No es un dato menor. Al poder lo conserva él. Al aparato también. Y en ese escenario, el errequismo observa nerviosamente las próximas jugadas del rey sin corona en el tablero electoral.

Cómo surge el propio Erreca en este plano?. Hoy por hoy, por lo menos poco posicionado. Deberá sumarle dinámica a su gestión y más presencia. Para eso tendrá que armar una estrategia que hoy no existe y para lo cual necesitará de las herramientas que en estos tiempos de la política universal no se pueden soslayar. Esas herramientas no se tienen en cuenta actualmente en el Gobierno porque nadie del grupo de trabajo del actual intendente sabe utilizarlas. No es negligencia. Es ignorancia. Así, las expectativas electorales del oficiliasmo pueden correr serio riesgo de desintegrarse como una piedra en el mar.

Ese es el punto negativo. Desde el otro ángulo, Erreca, preserva su buena imagen y su actitud para con la vida. Irreprochable ciertamente, y muy afin al estilo del bolivarense típico. Y claro, se suma la estadística triunfal del radicalismo en Bolívar y ciertos galanteos que supo comenzar a brindarles a los autoconvocados, la fracción más ortodoxa que se ha instaurado en Bolívar desde marzo de 2009 y que ya ha logrado poner sus fichas en varias instituciones. Este grupo es análogo a la derecha que instaló a Félix Bereciartúa en una posición de privilegio en los comicios de 1991 y que permitieron a Juan Carlos Reina convertirse en el segundo y último intendente peronista de la historia toda de Bolívar.

Y el peronismo deambula a cuestas con su mismo karma histórico.

Peca de soberbio al creer que pensando en no equivocarse nunca, es su peor equivocación. Ya lo dijo César Isella en "Coplas a la libertad", diciendo a Diógenes Jacinto Garibaldi.

Hay una mirada corta del partido opositor en su conjunto sobre la realidad política local. No comprende la característica fundamental que debe ofrecer para contar con alguna aspiración seria que lo lleve a pelear la ansiada Intendencia.

Entre flirteos y peleas de escoba y batón, sin esencia, va gastando las horas en esta cuenta regresiva hacia las próximas elecciones.

Y el tiempo precisamente, ha sido su peor pesadilla; pero la vuelve a soñar. Porque caprichosamente y de modo sistemático incurre en el error histórico de pretender una unidad ficticia a tan sólo unos meses de las elecciones.

A las risas se manejó Simón en aquellas victorias, holgadas algunas, ajustadas las otras, que le permitieron ser intendente casi 16 años y ganarle al justicialismo cuatro veces. Es mucho. Es demasiado para no darse cuenta. Faltan mentes que brillan o hay mucho personalismo, una de dos.

Y en ese mejunje sin cosmética, devanean Bali y Marcelo, que no son José ni Isidoro. Son los nuevos rostros de la vida política bolivarense. Bucca, sin pausa pero no firme, en el derrotero hacia la Intendencia. Haciendo números para saber si le conviene el amorío pasajero con Sarmiento y Arenales; sin presencia dentro del Concejo Deliberante, y con mucha en la periferia de la ciudad, así como en algunas instituciones. Y con el mandato kirchnerista como pesada mochila si se interpreta el designio o pensamiento del electorado lugareño.

Difícil performance a lograr. Pero el tiempo es el tiempo y medidas efectistas como los hechos concretos de las escrituraciones o la tramitación de los documentos de identidad y cumplidas las innumerables promesas de campaña previamente a junio de 2009, pueden favorecerle.

Salamanco, debilitado por su propia ausencia en los grandes temas de Bolívar sin que nadie se lo advierta, irá a la palestra por segunda vez. Pero no es la edad media y no es un coloso de la política. Son tiempos modernos, estamos en Bolívar 2011. Sólo su buen concepto social y su reputación profesional pueden arrimarle algo de aire a su candidatura. No es vinculante el haber sido derrotado en las últimas elecciones generales por tan pocos votos. Porque de todos modos perdió. Si no Juan Emilio Colombo también merecería algo de bronce por haber sido derrotado por sólo 400 votos en 1995.

Si todo siguiese esa lógica, Micki Francisco iría ya por su segundo período y Alicia March perdería hoy por unos diez mil votos. Ni una cosa ni la otra.

La tendencia no va a cambiar aseguró este servidor públicamente hace 19 meses previamente a que se desarrollaran los últimos comicios legislativos. Internismos mediantes, ingresaron al Concejo Deliberante cuatro radicales y cuatro peronistas. Es cierto, dos buquistas, dos lasistas, dos moranistas y dos simonistas, pero cuatro y cuatro al final de cuentas. Como los 102 de los 112 concejales que se han elegido desde 1983 a la fecha.

Por qué hoy las cosas serían diferentes?.

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