
Por Oscar Bissio
La investigación sobre la muerte de Sebastián de tres años y Geraldine de tres meses en 2004 y 2008 presumiblemente envenenados por su madre, la vecina de Urdampilleta Soraya Solano (FOTO), arrojará datos definitorios en las próximas horas, según adelantaron esta noche a este sitio fuentes allegadas a la Fiscalía local.
El caso tomó forma judicial a principios de julio tras conocerse un informe del hospital de pediatría metropolitano “Pedro Garrahan”, donde estuvieron internados los hermanitos.
El disparador fue la internación en el mismo centro asistencial capitalino de Samuel, un tercer hijo de Solano, que sufrió la misma sintomatología que sus hermanos (deshidratación progresiva, entre otras manifestaciones). El menor, sobrevivió a raíz de la oportuna intervención de los médicos y hoy goza de buena salud. La Justicia dispuso que permanezca apartado de su madre, en el Hogar "Mi Casita" de Bolívar.
El informe del nosocomio fue elevado a la Dirección de Minoridad de la Municipalidad de Bolívar, área que realizó la denuncia de modo inmediato.
Los datos del informe hospitalario señalaban claramente la sospecha sobre la madre de haberles suministrado medicamentos sin prescripción médica que les habrían provocado la muerte.
Ahora, trascendió que se trataría de digoxina, una droga que genera severos trastornos cardíacos. Y no se descarta que a la vez los niños hayan recibido dosis de bromato de potasio, ya que ambos agentes, fueron hallados en oportunidad del allanamiento realizado en el domicilio de la familia, Mitre 50 (FOTO) de Urdampilleta el 17 de julio último. En el marco de esa actuación, los investigadores también secuestraron historias clínicas.
La causa está caratulada como “Homicidio en grado de tentativa agravado por el vínculo”, pero podría modificarse en cualquier momento si los elementos reunidos así lo ameritan.
Soraya Solano, está imputada no procesada en esta causa, y continúa en su casa, pero desde anteayer lunes es sometida a diversas pericias psiquiátricas en Trenque Lauquen y Pehuajó, adonde deberá seguir asistiendo durante lo que resta de la semana. Se procura establecer si la mujer, de 27 años, padece el Síndrome de Munchausen por Poderes, por el cual un adulto provoca enfermedades sobre un niño bajo su control para llamar la atención del entorno.
En relación al padre de los menores, de apellido González, actualmente cumple tareas rurales y se desempeñó como panadero años atrás. El dato no es superficial, si se advierte que en algunas panaderías y a pesar de estar estrictamente prohibido se utiliza el bromato de potasio, conocido en el argot del oficio como “pichi”, un fermentador y mejorador. La Organización Mundial de la Salud fomentó su prohibición al comprobar que se trata de un aditivo de acción carcinógena (cancerígena).
González permanece al lado de su esposa y algunos testimonios aseguran que él cree en la inocencia de Soraya y aunque prestó declaración testimonial hace unos días, no está ni imputado ni procesado.
Por las características de la investigación, su situación también podría cambiar con el correr de las horas.
Un grupo operativo coordinado por la fiscal María Julia Sebastián, integrado por policías, médicos y auxiliares de justicia, procedió en la tarde del viernes 24 de julio a exhumar los cuerpos de los niños, a efectos de averiguar las verdaderas causas de los decesos .
En el cementerio de Urdampilleta, el grupo actuó por espacio de tres horas, para cerrar la actuación y enviar muestras histopatológicas a La Plata, cuyos resultados se conocerán rápidamente y darán cuenta del grado de compromiso de la madre.
Solano, permaneció en su casa, y de la familia, sólo se acercaron al lugar un tío paterno y la abuela materna de los niños.
El caso despertó el interés de los medios de comunicación capitalinos. Un equipo de Telenoche (Canal 13)trabaja en vivo y en directo desde la localidad.
La suerte de Soraya Solano contempla tres caminos posibles: la condena; la inimputabilidad o el sobreseimiento.
Ella declaró a mediados de mes ante la Justicia y abrió fuego contra los médicos del Garrahan, al deslizar acusaciones sobre malas prácticas de parte de los profesionales que atendieron a sus hijos. Hoy sigue en Urdampilleta cerca de otra hija de 14 años que está con su abuela paterna; reclama ver a su hijo que permanece en “Mi Casita” y grita su inocencia a los cuatro vientos.
DIGOXINA
La digoxina es un glucósido cardiotónico, usado como agente antiarrítmico en la insuficiencia cardíaca y otros trastornos cardíacos. Actúa, como efecto directo, inhibiendo funciones del corazón.
BROMATO DE POTASIO
Fue quizás el mejorador que más uso ha tenido en el mundo de la panadería. El bromato de potasio ha sido catalogado por el Comité de Expertos en Aditivos Alimenticio, como un aditivo de acción carcinógena. Hasta su prohibición definitiva fue uno de los aditivos minerales más utilizados en Argentina y en todo el Mercosur. Inglaterra fue el último país en dejar de usarlo para poder ajustarse a las normativas europeas. El único país que lo sigue utilizando en la actualidad es Estados Unidos.
Muy eficaz en los métodos de fermentación larga o fermentación en tabla, como se los denomina en estas regiones. En la Argentina fue definitivamente prohibido hace un año.
SÍNDROME DE MÜNCHAUSEN (Por poderes)
Este trastorno casi siempre involucra a una madre que abusa de su hijo buscándole atención médica innecesaria. Se trata de un síndrome raro, poco comprendido, y cuya causa es desconocida.
La madre puede simular síntomas de enfermedad en su hijo añadiendo sangre a su orina o heces, dejando de alimentarlo, falsificando fiebres, administrándole secretamente fármacos que le produzcan vómito o diarrea o empleando otros trucos como infectar las vías intravenosas (a través de una vena) para que el niño aparente o en realidad resulte enfermo.
Estos niños suelen ser hospitalizados por presentar grupos de síntomas que no encajan mucho en ninguna enfermedad conocida. Con frecuencia, a los niños se les hace sufrir a través de exámenes, cirugías u otros procedimientos molestos e innecesarios.
La madre generalmente es muy colaboradora en el escenario del hospital y, a menudo, es muy apreciada por el personal de enfermería por el cuidado que le prodiga a su hijo. Con frecuencia, se la ve como una persona dedicada y abnegada, lo cual hace menos probable que el personal médico sospeche el diagnóstico del síndrome de Munchaussen.
Sus visitas frecuentes infortunadamente también le dan fácil acceso al niño para poder inducirle más síntomas. Los cambios en la condición del niño casi nunca son presenciados por el personal del hospital y casi siempre ocurren sólo en presencia de la madre.
El síndrome de Münchausen ocurre debido a problemas psicológicos del adulto y es generalmente un comportamiento que busca llamar la atención de los demás. El síndrome puede ser potencialmente mortal para el niño implicado.
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